El estreno de Shutter Island ha motivado un nuevo (aunque ya viejo) debate en torno a Martin Scorsese, una de las figuras fundamentales del cine mundial y, sobre todo, del Nuevo Hollywood de los años 70. Tanto los detractores como los defensores de la última parte de la carrera del director han encontrado argumentos para sus tesis en su nueva película. Personalmente me encuentro en terreno neutral. Soy de los que consideran que Gangs of New York fue una película injustamente vilipendiada (si bien es cierto que tiene problemas de ritmo en la segunda mitad, más bien achacables a unos tijeretazos poco hábiles), y además me gustó Infiltrados (aunque no me parece la cuasi obra maestra que muchos han querido ver). Y sin embargo encuentro pocas cosas de valor en Shutter Island. Es difícil hacer una crítica de esta película sin soltar spoilers. Haré lo que pueda pero advierto que algo se dejará entrever en mis comentarios, así que si seguís leyendo será por vuestra cuenta y riesgo.
Shutter Island cuenta la historia del Marshall Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) que visita la institución mental de Shutter Island para investigar la desaparición de una reclusa. Pronto averiguaremos, no obstante, que Daniels busca algo más allí, al asesino de su esposa, Andrew Laeddis. Espera ¿o era a gente que hacía experimentos con los enfermos? Ahí tenemos un primer dilema. Daniels nos asegura que no quiere matar al asesino de su mujer sino descubrir el tinglado tras la prisión. Sin embargo sus acciones van encaminadas exclusivamente a buscar al tal Laeddis. Esto podría haber dado lugar a un conflicto psicológico y moral interesante y, sin embargo, tal como se nos presenta es simplemente confuso, vago. Todo tiene su explicación al final, claro. Pero ese es otro problema, para mí el mayor. El giro final de la historia, que debería ser una gran sorpresa no es sólo previsible, es que se puede adivinar con facilidad en los primeros 5 minutos de película. Porque lo hemos visto miles de veces e otras películas y otros libros. Yo no he leído la novela en que se basa la película, pero sí una parecida y adiviné el final simplemente leyendo las sinopsis, antes de ver siquiera la película. Pero Holly no ha leído ninguna novela similar y aun así averiguó el giro final en la primera escena. Estoy seguro de hecho de que vosotros mismos, sagaces lectores, podéis haceros una idea sólo con lo que acabáis de leer. Eso indica que algo anda muy mal en la forma de contarnos la historia, porque en esta película ese giro final lo es todo, si sabes lo que está pasando todo lo que ves pierde el sentido, ya no importa. Así pues a medida que mis sospechas se iban confirmando la película se diluía para mí, no tenía el más mínimo interés.
Pero aun hay más. Sabiendo la sorpresa, gran parte de la historia se convierte en francamente absurda, irreal. La película no tiene un tono realista, ni falta que hace, pero sabiendo la verdad algunas acciones de los personajes son incomprensibles, o cuando menos cuestionables.
Por otro lado no se pueden hacer mucho reproches formales en su mayor parte, pero llegados al final Scorsese nos brinda un par de momentos no demasiado brillantes. La escena en el faro es forzada y tópica, y la explicación final larga y repetitiva, con un flashback absolutamente innecesario después de que nos hayan contado de palabra lo que sucede. ¿Tan difícil habría sido intercalarlo en el montaje?
No puedo más que sentirme decepcionado ante la última película de Scorsese. Habrá que consolarse, por lo menos aun no ha degenerado al nivel de Coppola…
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