viernes, 4 de diciembre de 2009

Hirokazu Koreeda (是枝裕和)

La última semana durante el festival de cine experimental de Madrid se ha proyectado dentro del ciclo de nuevos realizadores japoneses la película Nadie sabe, de Hirokazu Koreeda. Éste fue el filme que hace 5 años le supuso el gran salto al circuito internacional a Koreeda, pero en su momento dejé pasar la ocasión. Además este año hay otra película suya que ha llamado la atención de la crítica y el público occidental, Still Walking, la cual aun podemos ver en algún cine de Madrid. Aprovechando esta bella confluencia decidí hacer doblete y ver ambas películas la semana pasada haciéndome una primera impresión así de uno de los directores japoneses que más están dando que hablar en la actualidad. Lo más interesante es que esto lo ha conseguido volviendo al estilo más clásico del cine de su país. Os lanzo dos pequeños comentarios sobre estas películas.




Nadie sabe
Basada en un caso real sucedido en Japón en los años 80, cuenta la historia de unos niños que se ven obligados a vivir por su cuenta durante meses cuando su madre les abandona. Lo que podría convertirse en una película de manipulación sentimental se transforma en un drama creíble gracias al estilo de Koreeda. Toda la película está rodada de una manera sumamente natural, usando el vídeo y ofreciéndonos una enorme cantidad de detalles de la vida de estos niños, tanto visuales como argumentales (de ahí la larga duración de la cinta, 2h 20'). Ese señalar con la cámara detalles aparentemente sin importancia del pequeño apartamento en el que viven los críos, lejos de aburrirnos, nos hacen sentirnos más dentro de aquel lugar, compartir el espacio con los protagonistas. Y a pesar de ese realismo, precisamente gracias a los detalles visuales, Koreeda consigue crear imágenes realmente bellas, casi poéticas en algunos momentos. Pero no todo el mérito es del director. Parece mentira que unos niños de tan corta edad puedan actuar de manera tan natural. De hecho el protagonista de la película Yuya Yagira (柳楽優弥) se llevó el premio al mejor actor en el festival de Cannes. Y curiosamente es este mismo realismo el que me hizo plantearme que el contraste entre ese estilo y los sucesos que a veces me parecían poco creíbles quizá fuera excesivo y le hiciera perder puntos a la película. Sin embargo todas mis dudas fueron disipadas cuando leí acerca de la historia real y vi que ésta, no sólo era más truculenta, sino que confirmaba lo que podía parecer excesivo en el filme. Precisamente si algo se le puede achacar es una mirada demasiado amable por eliminar ciertos hechos o por la forma de presentar los que sí aparecen, pero personalmente creo que esta es una de sus virtudes. Habría sido demasiado fácil hacer un gran dramón, sin embargo Koreeda elige el equilibrio y te mete en la piel de los chavales con todas las consecuencias. Esto no quiere decir que la película sea netamente optimista. Os aseguro que os puede hacer llorar, pero en ningún momento pensarás que la película quiere hacerte llorar.



Still walking (caminando)
Still walking cuenta una historia muy sencilla, la de la reunión de una familia en el aniversario de la muerte de uno de los hijos. El hijo y la hija supervivientes van a visitar a sus padres con sus respectivas parejas e hijos. La película trata principalmente sobre las tensiones familiares entre las dos generaciones, principalmente entre el hijo y sus padres. La historia es japonesa y, por tanto, las diferencias culturales entre una generación y la siguiente y los prejuicios que pueden separarles no son exactamente iguales que los nuestros, pero los conflictos les serán familiares a cualquiera, y esa es una de las claves de su funcionamiento. Los padres no aprueban el modo de vida de los hijos y éstos a su vez se sienten excesivamente presionados por aquellos. Todos sabemos como es eso. Aquí debo caer en lo que han hecho todos los críticos sin excepción, y es la comparación con Yasujiro Ozu (小津 安二郎) un clásico del cine japonés. No me gusta seguir la corriente, pero en este caso es inevitable. El tema de las diferencias entre generaciones, del salto de la tradición al modernismo (más en boga en la época de Ozu que en la actualidad, todo hay que decirlo) era algo permanente en sus películas. Los paralelismos con el filme más famoso de Ozu, Cuentos de Tokio es evidente, ya que aquella trataba también de una reunión familiar de unos padres ancianos con sus hijos, con la diferencia de que en aquella eran los padres los que iban a visitar a los hijos. Aparte de la semejanza argumental también estilísticamente Koreeda se aleja del tono cercano y realista de Nadie sabe para rodar con planos fijos y encuadres simétricos, al igual que hacía Ozu. No obstante me parecen mucho más interesantes las diferencias que las similitudes ya que es aquí donde Koreeda se desmarca. Es obvio que el homenaje (o copia, según vuestro grado de mala leche) a Ozu es consciente, pero el tono es radicalmente distinto. Era evidente que Ozu en Cuentos de Tokio sentía una mayor simpatía por los ancianos, es decir, se posicionaba en la tradición (al contrario que en otras películas suyas como Buenos días). Aquí Koreeda hace lo contrario. El personaje con quien simpatizamos es el hijo, queremos que le acepten a él y a su familia. Los padres en cambio, si bien se nos pide en general que les tengamos cariño, se nos presentan como personas un tanto amargadas (en parte por culpa de la muerte de su hijo) y en muchas ocasiones incluso crueles. A medida que vemos sus actitudes con su hijo, su nuera y, en una escena especialmente cruel, con el chico al que su hijo murió salvando, no podemos evitar sentir un rechazo por estas personas, si bien un poco teñido de tristeza. O sea, Koreeda se posiciona en la modernidad. Es esto, en mi opinión, lo que define a Koreeda, su capacidad para tomar estas formas clásicas del cine japonés y adaptarlas al aquí y ahora. Os lo repito. Los que estéis en Madrid aun podéis ir a ver esta pequeña joya en una sala. Pero quizá no por mucho tiempo.

1 comentario:

Holly dijo...

Lamentablemente no he podido ver aún ninguna de estas dos películas pero la descripción que has hecho es tan deliciosa que estoy deseando hacerlo, en parte ya siento que las conozco un poquito.
Esta es probablemente, a mi parecer, tu mejor entrada.

Publicar un comentario