A estas alturas ya todo el mundo sabe que Ridley Scott prepara una precuela de Alien, el octavo pasajero. Por el momento no hay mucha información disponible, puesto que aun se está escribiendo el guión, pero leyendo la exclusiva que se publicó ayer en Empire Online me han venido a la cabeza un par de cosas que quería compartir.
La primera es lo poco que hace falta para considerar a algo como "noticia" y más aun "exclusiva". En el artículo apenas aparecen cinco frases del director inglés. Y sólo una de ellas contiene información relevante, en este caso que la película va a estar ambientada unos 30 años antes de la original que él mismo dirigió. Ya está, esa es la magnífica noticia exclusiva titulada “Ridley Scott habla sobre la precuela de Alien.” Sí, habla, pero bien poco. Soy consciente de que las cosas funcionan así pero no deja de sorprenderme y cualquier ocasión es buena para quejarse un poco.
La segunda tiene un poco más de miga y es en sí las sensaciones que me produce esta futura película. Tengo que confesar que soy un fan absoluto de las películas de Alien. Me encantan. Sí, inclusoResurrection. Bueno, vale, esa no me encanta, sólo me gusta (sí, sé que el monstruo del final es cutre, pero es que ¡Ripley es medio alien! ¿Se puede pedir más? ya, ya, un buen argumento y que Winona Ryder muera en el minuto 1, pero... ¿he mencionado que Ripley es medio alien?). Por supuesto no cuento las aberraciones de Alien vs Predator en la lista. Así pues, como comprenderéis la idea de una nueva película de la saga, y dirigida por uno de los creadores originales me atrae mucho. Salvo que esto no es del todo verdad. Sí, el director es Ridley Scott, pero no es el mismo Ridley Scott. Sé que es un tópico, pero en mi opinión es cierto que Ridley Scott no ha dado pie con bola desde Blade Runner (siendo American Gangster una pequeña excepción, aunque tampoco es ninguna obra maestra).
Aparte del director la película tiene muchas otras cosas en su contra. Para empezar la primera película era cine de terror, sin embargo a día de hoy Alien ya no da miedo. James Cameron comprendió perfectamente en su momento que la segunda vez el mismo monstruo ya no provoca el mismo pavor instintivo, de modo que transformó su secuela en una película de acción (en mi opinión una de las mejores películas de acción del cine moderno, donde todo funciona como un reloj suizo, incluso los clichés). Pero lo que Ridley Scott supo hacer bien en su momento ya no funcionaría. La tensión, el monstruo apenas visible, no sería efectivo porque todos sabemos ya cual es su aspecto y como se comporta.
Por otro lado todas las películas de Alien contaban con un valor seguro con nombre propio: Ellen Ripley/Sigourney Weaver. La precuela por descontado no puede tener a Ripley como protagonista puesto que la película original era su primer enfrentamiento con el xenomorfo. Haría falta un personaje igual de potente para hacer funcionar la historia, y eso plantea el siguiente problema. Se supone que lo que veíamos en la primera película era el primer contacto de los humanos con los alienígenas. De modo que la nueva película no podría tener protagonistas humanos, a no ser que haciendo una especie de retcon nos cuelen que la compañía Weiland-Yutani ya había estado antes en LV-426. Claro, que esto destrozaría las esperanzas de todos los fans (yo incluido) de ver el origen de la nave en la que se encuentran los huevos y delspace jockey. No obstante intentar cumplir con estas expectativas presentaría a su vez un nuevo problema aparte del hecho de no tener humanos con los que identificarse: los efectos especiales. Si tenemos que tratar con una raza y una cultura alienígenas al completo está claro que la película contendría una gran cantidad de efectos por ordenador. Quiero dejar claro que no tengo nada en contra de dichos efectos cuando se usan bien y ya se han usado antes en la saga (aunque con resultados discutibles), pero el volumen de la nueva película requeriría una carga de imágenes por ordenador muy grande, lo que le quitaría todo el realismo a la película. También puede ser que me equivoque e hicieran a los alienígenas nuevos con efectos físicos, pero me extrañaría que los productores le dieran tanta manga ancha a Ridley Scott. Un pequeño rayo de esperanza en todo este embrollo es ver como ha utilizado Scott los retoques digitales en la última versión deBlade Runner, pero claro, ahí partía de material preexistente.
En conclusión, sí, tengo una curiosidad enorme por ver si el señor Scott puede recuperar la magia perdida, pero tengo la impresión de que no va a ser nada fácil.