El pasado fin de semana se estrenó (con mes y medio de retraso frente a EEUU) Kick-Ass. Es posible que la película vaya a perderse en la cartelera como otra peli de superhéroes más, pero nada más lejos de la realidad. En todo caso Kick-Ass es un comentario sobre el género de superhéroes. Sin embargo en lugar de hacer una historia con superhéroes rompiendo el género y con comentario social (léase Watchmen) lo que tenemos aquí es una historia de superhéroes con tintes cómicos. Kick-Ass, basada en un cómic de Mark Millar y John Romita Jr., nos cuenta la historia de un superhéroe que tiene una diferencia fundamental con cualquier otro superhéroe que hemos visto hasta ahora. Dave no tiene superpoderes, ni gadgets tecnológicos, sus únicas armas son dos porras. Tampoco tiene ningún motivo psicológico profundo por el que se disponga a luchar contra el crimen. Simplemente Dave quiere ser un superhéroe. Y por supuesto su primer intento de enfrentarse a criminales acaba como el rosario de la aurora. Aquí radica el primer punto de interés de la trama, situándonos en un mundo más real que el habitual del género, aunque esta ilusión vaya desvaneciéndose un tanto a medida que la trama avanza.
Dicha trama va cumpliendo punto por punto casi todos los tópicos del género. Nos encontramos con temas sacados directamente de Spiderman (el padre millonario que resulta ser un supervillano, el geek de instituto que resulta ser un héroe) o Batman (el coche molón, el vigilante vengador vestido de negro). El director Matthew Vaughn ha sabido incluso ofrecer de forma sutil planos que automáticamente nos remiten a las pelis clásicas de superhéroes. Pero uno nunca siente que su inteligencia sea insultada. La película hace todo esto de forma autoconsciente, con tono irónico, irreverente, pero sin caer nunca en la autoparodia. El tono recuerda mucho al de Zombieland teniendo incluso la narración en off del protagonista adolescente.
Además el punto de vista que nos ofrecen es refrescantemente amoral. Lo que en EEUU ha causado polémica se presenta en realidad como uno de los valores más interesantes de la película. Sólo hay dos personajes que pueden considerarse por sus habilidades superhéroes en esta película, pero se dedican a asesinar violentamente a los “malos” y uno de dichos superhéroes (Hit Girl) es una niña de once años. Lo que es más, las escenas de acción de Hit Girl son las mejores y más divertidas de la película. Porque eso sí, la película es francamente divertida. Tiene humor (explícito e implícito) para dar y tomar, pero además tiene secuencias de acción muy entretenidas y con estupendas coreografías.
No todo puede ser bueno, claro, y aquí la historia de amor es posiblemente el punto más flojo. Como el resto de la película sigue muchos de los tópicos, pero en este caso no le da ningún giro. Quizá está hecho a propósito para hacer más hincapié en las normas de la película superheroica (o el género de acción en general), pero el resultado es que palidece frente al resto de lo que vemos y se antoja falsa.
Kick-Ass se presenta como una de las películas de superhéroes más interesantes de la temporada con unos personajes muy carismáticos, con una historia que se sale de lo corriente y, sobre todo, tremendamente divertida.
Un pequeño comentario para terminar. Puede parecer una tontería pero en la película me llamó la atención el uso corriente que se hace de las nuevas tecnologías. Kick-Ass utiliza internet constantemente y Red Mist (Bruma Roja) utiliza su iPhone como GPS. ¿Os habéis fijado en que en muchas películas la gente aun actúa como si vivieran en los años ochenta? Es una de las primeras veces en las que veo la tecnología actual completamente integrada en una película.